sábado, septiembre 13, 2008

Campaña de Solidaridad con CUBA



miércoles, septiembre 10, 2008

La solidaridad prohibida

Tomado de Rebelion.org
Pascual Serrano
La Epoca

Sobre la propuesta de ayuda de EEUU a Cuba

El gobierno cubano insiste en numerosas ocasiones en explicar a la comunidad internacional el carácter criminal e ilegal del bloqueo al que es sometido su país por la administración estadounidense. Con más o menos suerte, se puede lograr que se conozca esa realidad y se comparta o no la interpretación de Cuba, que cuantifica ese bloqueo en pérdidas por valor de 89.000 millones de dólares. Sin embargo, acontecimientos como la tragedia de los huracanes Gustav e Ike, pueden ayudar a comprender la maldad escondida detrás de las medidas estadounidenses.

Algunos medios de comunicación titulaban recientemente que Cuba rechazaba el ofrecimiento de ayuda de EEUU, sin precisar que no puede haber ninguna propuesta de ayuda humanitaria desde Estados Unidos a Cuba si se mantienen, tal y como establece el Grupo de Trabajo para la Aplicación de Sanciones a Cuba, multas de 250.000 dólares al ciudadano cubanoestadounidense que envíe dinero a su familia en Cuba para que arregle el tejado de su vivienda tras el ciclón o viaje a visitarle incumpliendo el límite de un viaje cada tres años y sólo si su familia es padres, abuelos, hijos o hermanos. Ni que decir tiene que esa multa se aplicará a un ciudadano estadounidense que quiera enviar a un amigo o conocido ayuda alguna, en dinero o en especie.

A pesar de la petición del candidato presidencial demócrata, Barack Obama, de suspender por "no menos de 90 días" las restricciones a los viajes y al envío de remesas a la isla, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, dejó claro el pasado el domingo desde Marruecos que las prohibiciones seguirán vigentes.

La propuesta de ayuda estadounidense establece como condición, según el documento oficial enviado al gobierno cubano, que se “permita que un grupo de evaluación humanitaria visite Cuba para inspeccionar las áreas afectadas y evaluar adecuadamente los daños”, es decir, de inspectores para estudiar la situación, lo que no deja de ser insultante y humillante. Algo así como si, ante la petición de un familiar para que le prestemos dinero, le respondiéramos con una auditoría para conocer en qué se lo gasta y cuál es su situación económica. La comunidad internacional no debe olvidar tampoco la misión que adoptaron los inspectores que llegaron a Iraq en los días previos a la invasión, quienes se dedicaron a transmitir valiosa información al ejército estadounidense para poder precisar sus bombardeos.

Por tanto, no sólo no existe desde el gobierno de Estados Unidos intención alguna de ofrecer ayuda humanitaria a Cuba tras la tragedia que ha dejado millones de pérdidas en viviendas destruidas y cultivos arrasados, sino que la solidaridad de los ciudadanos estadounidenses con Cuba sigue siendo un delito en aquel país.

lunes, septiembre 08, 2008

La pobreza en el mundo no es un desastre natural, sino fruto de la rapiña capitalista

Tomado de Rebelion.org
http://rebelion.org/noticia.php?id=72333

Editorial Gara

Periódicamente, con motivo de reuniones o cumbres de organismos internacionales o países ricos, suena la voz de alarma respecto a la trágica situación de miseria de buena parte de los habitantes del planeta. El hambre, las enfermedades, los desastres ecológicos son calamidades con las que éstos han de convivir. Y esa situación, que dichos organismos y países una y otra vez se comprometen a afrontar, persiste como si fuese inevitable y, al escuchar a los líderes y a los responsables económicos mundiales, da la impresión de que hubiera surgido per se, o del mismo modo que se origina un huracán o una tromba de agua. Y no es casualidad que la retórica de aquéllos conduzca a asociarla con esos fenómenos naturales, habida cuenta de que a nadie se le le suele hacer responsable de ellos.

La brutal subida de los precios de los últimos años ha desembocado este año en el peligro de muerte por inanición de nada menos que cientos de millones de personas. Primero fueron el petróleo y los metales, y posteriormente los alimentos básicos. Los precios de productos como el trigo y el arroz se duplicaron en un año. En las explicaciones que sobre las causas de esa desmedida subida de precios ofrecen los «expertos» no acostumbran a dar datos falsos, pero sí a ocultar algunos, los más esclarecedores, y evitar que salgan a la luz responsabilidades.

La disminución de la producción de cereales en países abastecedores debido a irregularidades climáticas, el aumento del precio del petróleo y, por tanto, del transporte y, en consecuencia, de la propia mercancía o la cada vez mayor demanda de países asiáticos, especialmente China e India, son, efectivamente, causas del alza de los precios de los alimentos. Ahora bien, las grandes empresas del sector no están al margen de esa alza, toda vez que su apuesta fue encarecer los cereales y lograr que los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea subvencionasen la producción de agrocombustibles con el «noble» objetivo de garantizar el abastecimiento de energía de esos países. La consecuencia inmediata, más devastadora que el clima que limita la producción de cereales en Ucrania, fue la utilización de gran parte de productos alimenticios básicos en la industria de los agrocombustibles, con la consiguiente notable disminución de la oferta y la no menos notable subida de los precios. El propio Banco Mundial se hizo eco de esta lamentable constatación, si bien no llegó a publicar su informe, dejando constancia de sus buenos servicios, los que presta a su amo estadounidense.

Ésas son las prioridades del mundo desarrollado, capitalista, que crea multitud de asociaciones humanitarias para con su limosna justificar su inacción frente a las catástrofes humanas, que osa autodenominarse solidario mientras no tiene la más mínima voluntad de solucionar un enorme problema porque, en primer, lugar, éste le procura suculentos negocios, y cuyos gobiernos participan y subvencionan la rapiña con dinero público.

Pero hay más factores que intervienen en la subida de precios de los alimentos, igualmente relacionados con la falta de escrúpulos, como es la especulación, en este caso a costa de la única posesión, la vida, de una parte importante de la Humanidad. Especulación procedente del sector inmobiliario cuando comenzó la crisis de las hipotecas subprime. Y resulta inevitable la observación de que tanto en un sector como en el otro, en el inmobiliario como en el agrario, se especula con los derechos de las personas, derechos que se supone deberían estar garantizados, tal y como proclama la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Neoliberalismo o riqueza a costa de pobreza y muerte de muchos

Mientras, organismos como El Banco Mundial y el FMI ponen trabas al desarrollo de los países más empobrecidos, haciendo competir a pequeños productores contra multinacionales, limitando e incluso anulando la capacidad de autoabastecimiento, creándoles una dependencia absoluta de los mercados mundiales.

La pobreza, el hambre, las enfermedades de tantos y tantos seres humanos son una terrible realidad, más o menos lejana geográficamente, que de vez en cuando se cuela por la ventana del televisor o del periódico para perturbar la tranquilidad de los hogares donde la experiencia de hambre no va más allá de un ayuno ocasional por prescripción médica. Pero, en efecto, no son un desastre natural, sino algo peor, provocado, consentido y favorecido por gobiernos que consideran personas ilegales a quienes huyendo de tanta miseria cierran las puertas y crean leyes para castigar a quien tenga la osadía de intentar salvarse y salvar a los suyos.

Por supuesto que hay alternativa para evitar ese tipo de catástrofes humanitarias, y son las propias organizaciones campesinas quienes la propugnan. La soberanía alimentaria, que asegura la autosuficiencia, las evitaría, pero para ello es indispensable la producción de alimentos en sistemas de diversificación. Sin embargo, los organismos que dicen ayudar a los países empobrecidos, les imponen un sistema económico que facilita esa rapiña y sus trágicas consecuencias.

Ésa es la cara que el neoliberalismo intenta no mostrar, pero la más real.

Noticia relacionada:

Repaso de las causas de la crisis alimentaria mundial
Damien Millet y Eric Toussaint

El miedo a la revolución

Tomado de Rebelion.
http://rebelion.org/noticia.php?id=72324

Carta Maior

Cada vez que alguien de izquierda cree confirmar que su previsión de que un proyecto de izquierda iba a salir mal y acierta, su reacción acostumbra a ser de alegría y auto congratulación. “¿No les dije?” Es la exclamación de costumbre y sale satisfecho, dispuesto a seguir ejerciendo sus predicciones agoreras.

Extraña reacción. Si la persona fuese de izquierda, debería alentar para que un proyecto de izquierda resultara. “Ah, dirá el sujeto, “sucede que eso ya no es de izquierda” Convencido de que la izquierda es aquella que él eligió, la que leyó en los libros, la que su lectura de los clásicos y de los procesos revolucionarios -casi todos malogrados, además- le proporcionó.

Por lo menos debería sentirse derrotado, no solo porque el proyecto que catalizó el apoyo de tanta gente, que ocupó el lugar de la izquierda, fracasó – en su imperturbable visión – sino porque su correctísima concepción no logró, una vez más, imponerse.

Debería sentir que su capacidad de convencimiento de los que deberían estar locos para recibir la concepción iluminada, no consiguió conquistar a ninguno o casi ninguno (apenas a unos pocos iluminados) . O, quien sabe, sus ideas no son tan correctas. Pero esta hipótesis ni se le pasa por la cabeza, que se joda la realidad y que vivan sus ideas.

Hay un tipo de izquierda que se llena la boca de placer a cada tropiezo de la izquierda, a cada “traición” que él oportunamente avisó que iba a suceder. Basta que alguien gane, que un partido triunfe, para que las inevitables tentaciones de la corrupción, de la burocratización, del aburguesamiento, de la “traición” de clase triunfen infaliblemente.

Es una cuestión de tiempo –de años, de meses, de horas, de minutos-. Traicionaron Mao, Fidel, Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa – ni hablar de Lula, Kirchner, de Tabaré. Fernando Lugo acaba de iniciar la cuenta regresiva para el cadalso de la traición que le aguarda, fresquita allí en la primera esquina.

Lo que solo prueba que quien previó derrotas tras derrotas para la izquierda, siempre parece tener razón. No siguieron la teoría doctrinaria, la de mayor radicalización, la lectura estricta del manifiesto Comunista y de El Capital, la aplicación rigurosa de la lucha de clase contra clase, la intransigencia, el rechazo a cualquier tipo de alianza – puerta abierta para la capitulación – y las cosas salieron mal.Pues solo bastaba seguirla…además, que proceso realmente, con esa orientación dió resultado? Ni la Revolución Rusa – Lenin ya había capitulado con la NEP, recuerdan? – se escapa.

Es toda una generación que entonces debería sentirse derrotada, porque ninguno de los proyectos revolucionarios resultó, ninguno siguió sus sabias enseñanzas. Pero la derrota – así como el infierno de Sartre- es la derrota de los otros. Y como decía Marx de la pequeña burguesía, ella sale de lo que debería haber sentido como una derrota, impávida, al final es el pueblo que todavía no tiene madurez ideológica suficiente para entender suspropuestas.

Son otras tantas manifestaciones de lo que Sartre había llamado “miedo a la revolución”, a sus formas heterodoxas, cuestionadoras de las teorías establecidas, “contra El Capital”, como dijo Gramsci de la Revolución Rusa. O miedo de los procesos concretos - ya que la verdad siempre es concreta - de tener que descifrarlos en su complejidad, en sus contradicciones y en sus novedades.

Es más fácil relegarlos todos a la “noche de los gatos pardos” de los procesos fracasados, porque no corresponden a la teoría o visión dogmática de la teoría, aquella que nunca comprendió que lo que hay de ortodoxo en la dialéctica (según Lukacs) es el método. De lo que se trata es de ejercer creativamente el análisis de la realidad, y no de reducir la realidad a supuestos principios, teorías petrificadas, dogmas que solo toman en cuenta las concepciones petrificadas de los que las asumen.

Texto original: http://www.cartamaior.com.br/templates/postMostrar.cfm?blog_id=1&post_id=204

Traducción Insurrectasypunto