domingo, julio 23, 2006

La resistencia civil, vital para la defensa de la justicia contra una falsa legalidad

LAURA POY SOLANO

En una hora decisiva para la justicia del país, sólo la participación pacífica y organizada de los ciudadanos podrá enfrentar a los grandes poderes económicos, políticos y fácticos que buscan perpetuar un Estado "neoliberal y depredador", afirmaron periodistas, politólogos y especialistas en el foro México y el Mundo, convocado por Casa Lamm y La Jornada.
Reunidos para analizar la participación ciudadana en el movimiento en defensa de la democracia, agrupado en torno al candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), aseguraron que de la misma manera que en otros grandes procesos de participación ciudadana, la desobediencia civil permite a la población participar en la defensa de la justicia, contra una "falsa" legalidad impulsada desde el gobierno.
Oscar González, coordinador de Difusión Cultural de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), afirmó que lo mismo que en los movimientos de resistencia civil pacífica de India con Mahatma Gandhi, y en la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos con Martin Luther King, la "acción no violenta de la ciudadanía ha logrado la independencia de países, derribar dictadores y derogar leyes, porque el secreto de la no violencia es cómo sostener y llevar un movimiento pacífico frente a la represión".
Por ello, aseguró que las "batallas que enfrentaremos no tendrán que ser dirigidas contra nuestros adversarios engañados, cooptados, mediatizados y excluidos, sino contra la maldad de los poderes fácticos que se han convertido en los más podridos y dominantes".
Al respecto, el periodista Jaime Avilés consideró que México vive un "golpe de Estado" que busca "sentar en la Presidencia de la República a un delincuente que tiene que cumplir pactos muy grandes y peligrosos con quienes lo apoyan", pues se trata -dijo- de una "acción en la que un grupo de intereses se vale de un instrumento de fuerza para imponerse sobre la voluntad del pueblo, violar las leyes e instaurar un régimen dictatorial".
En el pasado los golpes de Estado los daban los generales, "hoy lo están dando los locutores de Televisa y Televisión Azteca que buscan el botín de miles de millones de dólares que obtendrán, gracias a que Vicente Fox les entregó el espacio radioeléctrico del país".
Por este botín, afirmó, "la televisión se ha convertido en el enemigo de la mitad del electorado mexicano, y lo que es peor, nos ha declarado la guerra, nos ha decretado invisibles y ha asumido que somos idiotas".
Luis Javier Garrido, politólogo y colaborador de esta casa editorial, aseguró que en un momento de "excepcional importancia" para el país y para muchas generaciones de mexicanos, la cuestión fundamental "no es quién va a ocupar la Presidencia de la República el primero de diciembre, sino qué va a pasar con México en los próximos años y, sobre todo, qué están dispuestos a hacer quienes desde la cúpula del Estado se opusieron desde hace más de tres años a la llegada de AMLO a la Presidencia".
Destacó que el dilema que enfrenta el país es entre oligarquía y democracia, pues de concretarse un gobierno de extrema derecha, "el país sufriría por cuatro o cinco sexenios un régimen político en el que la democracia sería sólo apariencia y una burla permanente para el pueblo".
Luis Hernández, coordinador de opinión de La Jornada, señaló que la resistencia civil que se está construyendo en torno a la defensa de la democracia enfrentará a viejos poderes fácticos, políticos y económicos, que como los "mapaches electorales y encuestas a medida", aún son parte de la "tragicomedia actual" en la que se ha convertido el quehacer político.